LA MATERIA SONORA DEL CUERPO
LA MATERIA SONORA DEL CUERPO: MEMORIA AFRICANA EN LA MÚSICA Y LAS DANZAS EN AMÉRICA
A lo largo de la historia, la humanidad se fue volviendo una sola raza; los pueblos se irrigaron en diásporas de barcos que poblaron américa, cada borde, cada bahía, cada puerto. Para la posteridad; algunos de ellos, descendientes esclavos, lograron traer semillas en el pelo y en la memoria; las texturas del ritmo, el retumbe y la resonancia apropiada de la madera. Imaginando así una marea remota de cuerpo,
distante del lenguaje y que aún podía ser usada como nos sugiere aquel poema de Dereck Walcott:
Puedo sentirla viniendo de lejos, también, Mamá, la marea
[…] La imaginación ya no se aleja con el horizonte,
mas no hace sino volver. En el borde del agua
devuelve cosas limpias y fregadas que el mar, a modo
de basura, ha blanqueado, casto. Escenas dispares.
Las casas de los esclavos, azul y rosa, en las Vírgenes
bajo los vientos alisios. Mi nombre atrapado en
la almendra de la garganta de la abuela.
Además, podemos decir que las danzas africanas, evocan la catarsis del alma exorcizando el dolor, la fatiga, la tristeza; al tiempo en que nos revelan el cuerpo como medio de resistencia y de lucha, que subvierte lo bucólico por lo dionisíaco, lo marcial por lo festivo y donde finalmente la dulzura se convierte en la fuerza de la pasión desencadenada y el “cuerpo dilatado” expresión acuñada por Eugenio Barba para referirse entre otras cosas, a la posibilidad del cuerpo de sobrepasar sus límites bajo circunstancias de .
Pisar la tierra y aferrarse a ella, conectar la planta de los pies con el polvo de los días, remover con sol el olvido sedimentado; teñirse de fuego y barro del pantano del tiempo. Si observamos en particular el caso del reconocido coreógrafo Alvin Ailey, quien desde su visión de la danza se influenció enormemente de la importancia de las raíces africanas; tal y como lo menciona el mismo citado del texto DANCING REVELATIONS: Alvin Ailey’s embodiment of african american culture del autor Thomas DeFrantz “por sus raíces de esclavo, el negro americano, a veces triste a veces jubilante, peros siempre lleno de esperanza, – ha creado un legado de música y danza el cual ha inspirado, iluminado e influenciado las más remotas esferas de la civilización humana”.
El sonido africano:
De manera que, el aporte del legado africano es cimental a las expresiones del movimiento y la música en américa y el mundo. El sonido africano, se estructura en ritmos marcados y agitados, un sonido monocromo, donde la diversidad y los matices se dan en la variación de lo repetitivo, representando la organicidad de la vida, los ritmos aleatorios del cosmos, de la lluvia, el viento rompiendo la pendiente de la montaña, el crujir de las ramas y el murmullo del follaje de la selva.
Relacionado a esto, una interesante propuesta, que destaca la evocación imaginaria de esa memoria ancestral, logra la música de Fella Kutti; el controvertido intérprete africano creador del AFRO- BEAT (una fusión del Jazz, Blues, Funk y la cultura tradicional africana Yoruba) quien fue además un reconocido líder activista político que buscó desde el arte, la unificación africana; cuestionando fuertemente los régimen militares y las dictaduras a lo largo continente.
Afrodanza una terapia en movimiento:
En la actualidad, la práctica de las danzas africanas está siendo cada vez más una tendencia en el mundo. En américa latina, además de la diversidad de expresiones derivadas del legado histórico africano, también se incrementa la práctica de tipos de AFRODANZA, desde lo urbano o con la sustancia de lo tradicional, esta actividad de la danza potencia una forma de ejercicio que expresa la sensualidad, el reconocimiento del cuerpo a través de movimientos; que contrastan y enriquecen la formación clásica y consagrado a la práctica y la formación en danzas de ritmos africanos y derivados.
En Colombia Jairo Cuero, bailarín con formación en danza clásica ballet y danza contemporánea propone una indagación experimental desde las bases de la danza africana. Para el maestro su relación con las danzas africanas potencia la dinámica cotidiana del cuerpo desde la alegría y la fuerza vital. El creado del AFROMANDINGUE reconoce en la danza una forma de resistencia social, desde una estética del cuerpo que cuestiona el clasismo y la discriminación racial en Colombia; promoviendo así la formación de las danzas afro en las ciudades.
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